Una técnica de control de plagas que utiliza un gas tóxico. Mientras que los insecticidas convencionales trabajan sobre las especies de plagas haciendo contacto con los depósitos tóxicos secos, estos se pueden aplicar en el aire, pueden ser de  partículas secas o gotitas de líquido - a menudo afectan  a las plagas por medio de la cutícula pero a veces por ingestión - los fumigantes siempre funcionan en forma gaseosa, entrando en el cuerpo de la plaga a través su sistema respiratorio (los espiráculos en el caso de los invertebrados). Los verdaderos fumigantes se deben diferenciar del humo, las nieblas y neblinas insecticidas, que a menudo se confunden como fumigantes. Los fumigantes son gases que se difunden como moléculas separadas, penetrando en los materiales que están siendo fumigados. La finalización de una fumigación requiere de la aireación o ventilación, la cual elimina todos los restos de gases fumigantes, aunque otros residuos pueden permanecer y que será un tema a discutir  más adelante. Los humos, nieblas y neblinas son suspensiones de partículas sólidas o líquidas transmitidas por el aire, que se depositan en las superficies exteriores de los materiales que están siendo tratados (alimentos, embalaje o estructura) sin ningún grado de penetración. Por ejemplo, es muy común escuchar a los trabajadores agrícolas hablar de fumigar sus almacenes de grano, mientras se preparan para aplicar un humo plaguicida. El generador de humo puede parecer muy impresionante, pero tendrá una penetración casi nula en los sacos y bolsas o en los alimentos secos Solo los verdaderos fumigantes pueden matar a las plagas que se esconden en los depósitos profundos o en los propios alimentos. Veremos este aspecto de la fumigación nuevamente, cuando hablemos del tratamiento de granos, silos y contenedores de granos, harina o bolsas apiladas en las tiendas de alimentos. Los gases fumigantes matan las plagas a través de su sistema de respiración, por lo general previniendo  la transferencia de oxígeno en los tejidos. Lo ideal sería que un fumigante trabajará rápidamente y no dejara residuos nocivos. Pero puede haber otros problemas con la fumigación; de los fumigantes que quedan en uso en el siglo 21, algunos requieren de una temperatura de trabajo muy alta (alrededor de> 25 ° C) para controlar eficazmente los huevos de insectos. Algunos  necesitan períodos prolongados de exposición (a menudo más de 2 semanas de continua exposición) como los gorgojos y escarabajos por ejemplo, o las pequeñas polillas  y ácaros, que incluso necesitan dos fumigaciones separadas cada10 días! Pero por mucho, la mayor desventaja de la fumigación es la falta de efecto a largo plazo. Una vez que se ha ido se ha ido! y, a diferencia del polvo seco o el spray de control de insectos convencional, los bienes fumigados están abiertos a la reinfestación inmediatamente después que el gas desaparece. En definitiva, es difícil utilizar la fumigación como medida de protección (profiláctico), a pesar de los reclamos de algunas empresas de fumigación en los últimos años. Todo depende de la protección del producto contra nuevos ataques. De hecho, la ventaja real y única de la fumigación es su penetración a través de las bolsas tejidas a granel de productos secos. Fumigación – su práctica y eficacia Debido a que todos los fumigantes son tan tóxicos para los animales, incluidos los seres humanos, como para los invertebrados; en Europa y los EE.UU. la fumigación de los productos básicos y edificios sólo la pueden realizar operadores de fumigación capacitados y certificados. Sin embargo, es muy importante que todos los involucrados en el almacenamiento de productos alimenticios y los que trabajan en las plantas de fabricación de alimentos, entiendan los principios, aspectos prácticos y limitaciones de la fumigación, para que puedan considerar o recomendar la fumigación, sólo cuando sea la mejor opción. Al momento de escribir este artículo en el 2014, el Protocolo de Montreal se traduce en bromuro de metilo - el fumigante más utilizado- y  queda totalmente prohibido en las fumigaciones en Europa y otros países desarrollados.

Granos

El fluoruro de sulfurilo (SF), anteriormente confinado a las termitas y al control de otros insectos perforadores de madera en su mayoría en los E.UU, recibido recientemente una  aprobación limitada para su uso en muchos productos de la madera, incluyendo la leña, y para la fumigación de almacenes de granos vacíos y molinos de harina y piensos que no estén en funcionamiento. En los EE.UU. el SF se puede utilizar en algunos alimentos secos (nueces de árboles, por ejemplo), pero no en Europa. La principal razón parece ser que siempre deja un residuo de fluoruro, lo cual ayuda a explicar por qué el SF generalmente no se acepta en las importaciones de contenedores de alimentos. La fosfina (PH3) es el fumigante más común en todo el mundo. Ha estado disponible comercialmente desde 1950, inicialmente se produjo exclusivamente en Alemania, pero en los últimos años también se fabrica en la India, algunos países de América del Sur y China, en formulaciones muy similares a las de Alemania. El gas fosfina invariablemente se genera in situ, por la acción de la humedad atmosférica, la humedad de los productos básicos, el aluminio sólido, las preparaciones de fosfuro o magnesio, en las tabletas, pellets, etc. Por ejemplo: ALP + H20 = PH3 + AlOH. La fosfina es un gas ligero (sólo un poco más pesado que el aire) que posee una pequeña molécula móvil muy activa. Tiene un amplio espectro de actividad, pero es un fumigante de acción lenta en insectos, necesitando días de exposición en la mayoría de las situaciones. Se puede filtrar fácilmente , por lo que puede dañar los recintos mejor sellados debido a la corrosión - fosfuro de plata - Los residuos del mismo gas son casi imposible de detectar en el producto, después de la aireación normal que se realiza culminado el tratamiento, pero el residuo de polvo seco es un contaminante inaceptable en los alimentos secos, por lo que se debe elegir una formulación  "que lo contenga" para facilitar su completa eliminación [véase más adelante ejemplos ilustrados]. Debido al riesgo de corrosión el gas no se utiliza cuando puede estar en contacto con el oro de cobre y plata; de hecho,  la fosfina no se utiliza normalmente en los edificios (sistemas eléctricos y computadoras) y nunca en las aeronaves (electrónicas). Con gran cuidado se puede utilizar en molinos, sin que tenga contacto con las maquinarias computarizadas y/o en  recintos de polietileno bien sellados - casi exactamente lo contrario al procedimiento de fumigación, en donde el derrame de gas es el gran problema potencial. Por lo tanto, la fosfina no remplaza completamente al bromuro de metilo en todas las circunstancias. También cuenta con un potencial de riesgo de incendio cuando se producen altas concentraciones - el nivel de auto-ignición crítico es 1,8%, lo que equivale a 18.000 ppm - significativamente más altas de lo que ocurriría en fumigaciones normales. Concentración x Tiempo (CTP) Una de las características más importantes de todas las fumigaciones es la necesidad de contener el gas dentro del recinto de fumigación a una concentración específica durante un tiempo específico (=período de exposición). Estos dos factores pueden variar dentro de límites, siempre que se consiga la concentración del producto x tiempo necesario. Este valor (CTP) varía según las especies de plagas y fases de desarrollo; por lo que en las  infestaciones de especies mixtas, será necesario elegir el valor máximo para las especies más "difíciles". Para el Metilbromuro esta era una característica crítica para poder lograr una buena efectividad  y no dejar residuos de bromuro. Pero fosfina no tiene estos problemas; es mucho más simple decidir la dosificación y medir la concentración final. Fumigación de los commodities en un almacén Si el piso de la tienda está en malas condiciones, será necesario apilar sobre una base u hoja de fumigación, la cual se puede reparar, extender y unir (con clips, grapas, pegamento o cinta adhesiva, de acuerdo con la hoja en uso). Dado que el sellado es tan vital para las fumigaciones de fosfina de larga exposición, puede ser difícil o incluso imposible, fumigar con éxito los almacenes normales, donde algunos lugares quedan fuera del alcance de cualquier tipo de sellado.

Preparacion

Silos y contenedores ventilados casi siempre están equipados con suelos de acero aireados, los cuales son casi imposibles de sellar para formar un recinto hermético adecuado para fumigar con el gas fosfina. No sólo esto, hay muchos almacenes de grano que no son adecuados para la fumigación. En los días de aplicación del metilo bromuro durante 24 horas, es posible lograr la suficiente concentración de gas que elimine todas las plagas . Esto puede que no sea posible en fumigaciones de 5 a 15días, por lo que es necesario que el fumigador a cargo se lo comunique al  potencial cliente. Fumigaciones en instalaciones (= ‘fumigación del espacio’) Los principios bajo los cuales se fumigan instalaciones enteras, son los mismos que para las pilas: el gas debe contener la concentración correcta durante el tiempo necesario (tiempo de exposición) para dar tiempo a que el gas busque y extermine la plaga objetivo. El sellado de la instalación es laborioso, lento (hasta 2 días de trabajo para un molino de harina), y será necesario hacer un poco de limpieza previa de la maquinaria para garantizar una buena penetración del fumigante. Pero el gas al menos cambia; mencionamos anteriormente  el fluoruro de sulfurilo; el cual es el gas más utilizado en las instalaciones. Este es un gas propiedad de Dow AgroSciences, suministrado, que se utiliza de acuerdo con las normas de seguridad y capacitación e la empresa. La cantidad de gas necesaria para un molino podría ser considerable (por lo general varias toneladas), lo cual requerirá de una planificación cuidadosa para garantizar la seguridad de la liberación de gases o ventilación. Si bien la fosfina se puede filtrar utilizando una máscara y filtro, el SF no se puede, por lo que se requiere de un aparato de respiración, además de un entrenamiento y comprensión de la operación. Todas las fumigaciones pueden tener fugas de gas, a pesar de las cuidadosas precauciones. El éxito del tratamiento dependerá del conocimiento de que se utiliza la dosis correcta, y que se retiene durante el período de exposición de la fumigación. Para obtener las lecturas de concentración de gas, utilizando tubos detectores de gas simple o instrumentos electrónicos o, en el caso de SF, se necesitará de un equipo especializado. Como el SF es un fumigante cilíndrico, se puede introducir un gas adicional durante una fumigación para "reponer", si se produce una fuga y no se puede arreglar. Por supuesto, se deben investigar las razones de las fugas y los agujeros, roturas y deficiente sellado se deben reparar con urgencia si es que son accesibles. ¿Es necesaria la fumigación? La fumigación no es un tratamiento de bajo costo. Aunque tiene claras ventajas frente a otras formas de control de plagas (por ejemplo, "buscar y matar" a los insectos ocultos en los alimentos), no garantiza  una reinfestación. Al igual que con todas las formas de control químico de plagas, debe haber una justificación para el uso de pesticidas. ¿Cómo se puede justificar la fumigación de productos alimenticios? Curiosamente, desde que el bromuro de metilo desapareció y el SF es relativamente costoso, muchas fábricas han adoptado medidas adicionales de higiene y en ocasiones aplican tratamientos térmicos, para lograr un grado similar de control de plagas. Pero, si bien los tratamientos de fumigación y calor no tienen ningún papel profiláctico, la higiene si! Así que la eliminación del bromuro de metilo ha tenido el efecto de reducir al mínimo el uso de la fumigación en los molinos y simultáneamente fomentó una industria molinera mucho más consciente de la higiene (aunque no esté vista como tal!) Autor: Mike Kelly, Acheta Fuente: Grain & Feed Milling Tecnology

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